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mnez

ACB X

Va hacia ningún lado, sin destino, apátrida de pasos invisibles, velón sin llama, agua sin cauce, sin mar, sin sed, icono de una estampa en blanco y negro. Cubre de barba sucia su tez viola y de harapos mugrientos su piel quemada. Dos chispas bajo su pelo hirsuto y graso siguen la punta vacilante de sus zapatos rotos. No tiene sol, ni lluvia, ni noche, ni día, ni horas, ni tiempo: sólo un corazón viejo y solitario que bombea una anemia. A veces, un famélico perro sarnoso olisquea sin atención su senda y al pronto se detiene y da la vuelta. Pasa junto a un arroyo y se inclina para mojar su lengua en la corriente, pero el agua se seca. Se sienta en una piedra para dar tregua a su fatiga, y la piedra, molesta, se menea. Se refugia en la sombra de un olivo y las ramas del árbol se agitan enloquecidas sin que el viento las mueva. Viaja el mendigo con su lóbrego canto miserere. Va de su soledad a ningún lado.

2 comentarios

mnez -

Así es.Hay gentes que ni los quiere la vida, ni la muerte.
Gracias por tu coemntario

Isthar -

Qué desgarradoramente triste este retrato. Sobre todo por la realidad que entraña esa soledad desgarbada y sin rumbo que dibujas.