Blogia
mnez

341

En un paisaje onírico amamantado por los pechos de la realidad, meditaba, en el último peldaño de una escalera de piedras viejas, un anciano de barbas blancas y de nombre sabiduría. A sus pies, en el primer peldaño, su discípulo seguía con atención las doctas enseñanzas.
Todas la mañanas desfilaban por el camino gentes de toda condición que saludaban y reverenciaban al anciano sabio. Entre ellos, un joven seguía el rito de la veneración con el rostro triste y dolorido, reflejo fiel de su cojera.
“Maestro, ese hombre parece afligido y atormentado. ¿Es porque anda cojo?”
“Cierto. El malestar se debe a su caminar renqueante. Tiene una esquirla en su zapato”
“¿Y no puede sacársela, maestro?”
“Habrá un día en que le salga sola”
Pasaron soles y lunas y lluvias y sequías y gentes nuevas gastaban con sus romerias el camino viejo donde el anciano tenía su santuario. El alumno seguía sentado en el umbral de la escalera.
“Maestro, hace tiempo que no veo pasar al hombre cojo”
“No, ya no pasará nunca. Desapareció la esquirla de su zapato”
“No entiendo maestro. Si desapareció la causa de su dolor, podría seguir venerándote con más alegría”
“Imposible catecúmeno, imposible. La esquirla de su zapato, se llamaba vida”


9 comentarios

Trini -

Yo que he estado a punto de perderla, no considero que la vida sea una piedra, bien es cierto que a veces su caminar por ella se hace duro, pero tiene sus momentos tiernos y esos nos sirven de alimento en los malos momentos. En fin, pienso que cada uno cuenta y comenta la vida tal como le va...

Saludos

Laura -

¿El relato es tuyo?
Porque es genial. Felicidades.

Julio -

No me digas que tú no has tenido nunca ningún maestro en tu vida. Has debido de tener uno y muy bueno para llegar a esas afirmaciones tan categóricas.

Un abrazo

P.D. No has corregido mi indicación anterior

mnez -

La vida era la piedra, sí. Al morir queda libre del sufrimiento.

mnez -

Los santeros, santones, divinidades, dioses, maestros, Fátimas, Lourdes...son el refugio de los devalidos, el muro de sus lamentaciones. Todos los hombres no pueden ser dichosos, amigo.
Un saludo

Tea -

Mnez ... aqui está tu petición :
arabia0312@hotmail.com

Isthar -

No me ha quedado claro si la vida era la piedra y por eso estaba triste, ni cómo alguien puede deshacerse de ella para poder recuperar la alegría.

Estoy confusa.

Julio -

P.D. Corrige el enlace "en tu interior" y pon "conchi"

Julio -

Pues a mí, ese Maestro, que considera la vida un camino que hay que transitarlo triste y afligido, no me hubiera convencido para seguir sus enseñanzas.
Seguí y sigo a uno que la considera todo lo contrario; un camino de alegría y disfrute.

Un abrazo